La historia se remonta a cuatro generaciones atrás, con la bisabuela de Anna. Vivía en un pequeño y solitario pueblo alejado de la ciudad. Un lugar donde todos se conocían debido a la poca población.
En ese entonces Ermiña, la bisabuela de Ana estaba embarazada de gemelos, un niño y una niña.
Su vecina un día aparentemente como gesto de buena voluntad, le regaló una muñeca, era pequeña y sus ojos verdes eran maravillosos. Sobre ellos había dos delgadas cejas pintadas, su cabello era rizado y hermoso. En general, era una muñeca preciosa, Ermiña la aceptó con mucho gusto y le dio el nombre de Joliet.
El tiempo pasó, y los gemelos crecían dentro de ella, y al cabo de nueve meses nacieron esas criaturas, pero este fue solo el comienzo del horror.
Al cabo de tres días de nacido, murió su hijo de una manera inexplicable.
La señora estaba devastada, sin embargo aún le quedaba su hija a la que le puso Nadia y debía luchar por ella. Poco después, se enteró que su vecina por envidia y para afectarla, le había regalado aquella muñeca maldita. Pero eran sólo cosas que contaba la gente y creía firmemente que eran tonterías.
Pasaron los años y la pequeña niña se convirtió en una mujer, se casó y tiempo después su madre Ermiña falleció.
Nadia se fue a vivir con su marido, eran tan felices y su posición social era tan buena que decidieron tener hijos.
Primero tuvieron a una niña, Angélica, tiempo después a un niño, pero es aquí donde todo se comenzó a poner tétrico. Una noche estando dormidos escucharon un llanto de bebé proveniente de la sala, era algo completamente extraño, ya que sus hijos dormían con ellos.
Se despertaron por los fuertes llantos y un cierto miedo provocó que tanto Nadia como su marido se quedaran en su cuarto y no salieran de él por nada del mundo.
Jamás olvidarían ese momento, pues a los tres días de haber nacido su hijo, murió.
De algún modo relacionaron ese misterioso suceso nocturno con el fallecimiento de su pequeño.
Angélica creció y a temprana edad se casó. Al fallecer su madre se quedo con la muñeca, que ya consideraba una reliquia familiar. Lamentablemente de igual modo, hubo un hijo que murió a los tres días de nacido.
A través de los años los miembros de la familia declaran que han escuchado a Joliet llorar y sollozar con distintas voces de bebés al mismo tiempo y que en ciertas noches se escucha un grito desgarrador que hiela la sangre en la habitación donde se encuentre la muñeca.
Cada hija de la familia carga con la maldición de tener un niño y una niña, y del cual el niño moriría irremediablemente a los 3 días de nacido.
La familia tiene la creencia que así será hasta el fin de la familia y que la muñeca está guardando el alma de esos niños muertos.
El oso de la oscuridad 🐻
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